«El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo’...».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús nos habla del Dios misericordioso que espera a todos los hombres, sea la hora que sea. A todos nos quiere con Él en la Vida Eterna. Aunque uno llegue más tarde, no importa: también se le abren las puertas del cielo.
—Los raros somos nosotros cuando nos entra la envidia porque uno que se ha convertido a última hora merece igualmente la felicidad eterna.