Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús deja asombrados a sus oyentes: «Entonces, ¿quién se podrá salvar?». ¡Otra ecuación a resolver! Las riquezas —en sí mismas— no son el problema, puesto que Dios mismo es quien nos proporciona los recursos. El problema está en el rico, es decir, el que “va de rico” por la vida.
—Y, ¿qué le pasa al “rico”? Que su corazón sólo ve cosas. ¿Y las personas? No las ve…, y, si las ve, es para aprovecharse de ellas (las trata como competidores o como proveedores).