«El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna».
Comentario del Evangelio
Hoy los judíos se disgustan con Jesús porque nos dice algo “increíble”: tenemos que alimentarnos con su Carne y beber de su Sangre para ir al cielo. Pero, ¿cómo se hace esto? Ahora ya lo entendemos: ¡mediante la Comunión eucarística! El pan y el vino consagrados en la misa se convierten misteriosamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. ¡Dios es el Creador y puede hacerlo!
—Dios nos confía sus misterios, sobre todo, para que los aceptemos, aunque no podamos entenderlos totalmente. ¡Jesús, en ti confío!