Le presentaron a Jesús unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús muestra su amor especial para los niños. Ellos son “pobres” de edad, de experiencia, de conocimiento… Por tanto, hay que atenderles con particular amor. En realidad, todos debemos hacernos como niños en la presencia de Dios. En cuanto nos hacemos un poco “mayores” ya nadie puede decirnos nada porque no escuchamos a nadie.
—Ante Dios, ¿cómo no vamos a escuchar? Lo más genuino del cristianismo es, precisamente, escuchar la voz de Dios.