Jesús llamó a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús nos dice de dónde provienen los males del mundo: de nuestros corazones. Los discípulos no le entienden y le preguntan... Hoy día tampoco lo entendemos: siempre que ocurre algo malo la culpa la tiene otro (¡casi nunca la tengo yo!). Y, si no es “otro”, entonces, la culpa la tiene el “sistema”, el “clima”, “este siglo”…, es decir, algo genérico e impersonal.
—¡No nos engañemos! Pregúntate: ¿qué hago yo?; ¿qué hay en mi corazón?