Dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejara tocar la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús ha atravesado el lago de Genesaret. Al tocar tierra la gente acudió a Él desde toda la región. ¡Había curación para todas sus dolencias! ¡Con sólo tocarle! Ni siquiera tenían que explicar su problema.
—Fíjate: «Le pedían que les dejara tocar…». ¡Como han cambiado las cosas! Ahora, con la Eucaristía, le tocamos y nos lo “comemos”; y tocamos no sólo su Humanidad sino también su Divinidad. Y, además, nos dice: «Venid a mí». ¡Jesús te quiere abrazar!