«Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti».
Comentario del Evangelio
Hoy, Jesús desembarca en Gerasa. Sale a su encuentro un hombre que está poseído por un espíritu diabólico, llamado “Legión”. ¡Terrible! Aquel desgraciado no era él, estaba totalmente poseído. Por su boca habla el diablo: «Te conjuro por Dios que no me atormentes (…). Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Jesucristo se lo permite y «la piara —unos dos mil— se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar». He ahí el deseo del diablo: la destrucción total. Afortunadamente, la misericordia de Dios se lo impide.
—El hombre quedó curado y quería quedarse con Jesús. Pero su lugar era su familia: ahí le devolvió el Señor… ¡Siempre unidos a Dios!