Cuando Jesús salía de Jericó, (...) Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!».
Comentario del Evangelio
Hoy el ciego Bartimeo nos da una gran lección. Vivía marginado y estaba desesperado. Por eso no paraba de gritar. Muchos le decían que se callara, pero él gritaba todavía más. Jesús lo oye todo, ¡siempre!, pero… permitió que Bartimeo insistiera más y más, sin hacer caso de la gente “prudente”.
—¡Buena lección nos da Bartimeo! ¿Estás tú demasiado pendiente de lo que dicen? ¡Escucha a Dios, que Dios te escucha a ti!