Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?’. Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes».
Comentario del Evangelio
Hoy escuchamos la parábola del “necio” que confía en las riquezas materiales. «Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años». ¿Ah, sí? ¿Qué son “muchos años”? Ante la eternidad son nada.
—Además: “muchos años” pueden convertirse para mí en unos pocos días (semanas, meses). ¡Sólo Dios tiene dominio total sobre el tiempo! Y, lo peor, ni el Cielo ni Dios pueden ser comprados con “trigo”.