Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús abre los ojos a los judíos. Ellos estaban orgullosos de que Moisés consiguió que bajara pan del cielo para alimentarlos en el desierto del Sinaí. Pero Jesús les recuerda que, en realidad, fue su Padre quien les “regaló” ese pan. Más aún, esa “lluvia de pan” continúa: ¡es Jesús mismo! Él sí que ha bajado realmente del cielo, enviado por el Padre.
—Dios, a través de su Hijo Jesús, se ha hecho pan frágil, para poder ser partido y repartido entre todos nosotros. ¡Abre tus ojos!