Los fariseos se confabularon contra Él para ver cómo eliminarle. Jesús, al saberlo, se retiró de allí. Le siguieron muchos y los curó a todos.
Comentario del Evangelio
Hoy vemos cómo Jesús “triunfa” («le siguieron muchos») en medio de un ambiente de rechazo. Es admirable la actitud del Señor: a pesar del dolor y de las contrariedades, «los curó a todos». ¿Paradoja? ¡Transformar el mal en bien!: he ahí la Redención. El profeta Isaías, unos 700 años antes, profetizó que «no disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. La caña cascada no la quebrará…».
—A la hora suprema —en la Cruz— encontramos la misma reacción: mientras unos le insultaban sin parar, Jesús pedía perdón para todos y “curó” al que le pidió ayuda (¿sabes quién era?).