Le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel».
Comentario del Evangelio
Hoy vemos a Jesús en plena actividad. Ni los demonios pueden frenarle: los expulsa sin más. Cristo quiere llegar a todos y hacer el bien a todos. Él no ahorra esfuerzos: «recorría todas las ciudades y aldeas». Para Dios no hay población ni persona sin importancia.
—Quizá tu corazón sea una “aldea”. ¡No importa!, ahí también quiere hospedarse Jesús. Pero necesita que le abras las puertas. ¿De verdad? Sí, porque a Dios sólo puede frenarle tu libertad.