Jesús dijo a sus discípulos: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar».
Comentario del Evangelio
Hoy escuchamos unas palabras muy severas. Es una advertencia muy fuerte que sale del corazón tierno de Jesús: Él no soporta que “despistemos” a las almas (mis hijos, mis hermanitos…). Hemos de conducir y acompañar a nuestros seres queridos por buenos caminos, donde puedan crecer como personas y como hijos de Dios.
—¿Te gusta la comida sin sal? La buena sal que somos no debe volverse insípida, y menos aún venenosa.