«El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente».
Comentario del Evangelio
Hoy el Maestro nos deja desconcertados... Parece que aprueba la “cultura del pelotazo”: favores y más favores entre mafiosos insolidarios que sólo piensan en un propio beneficio, sin importarles la carestía de los muchos que sufren. ¡No es eso! No se trata de hacernos “amigos del dinero”, sino de poner el prestigio profesional al servicio de los demás. El cristiano no tiene vocación de “tonto mortecino”. En el trabajo, en lo social, en el deporte… Dios nos exige aspirar a la excelencia. Si no, ¿cómo removeríamos los corazones?
—San Pablo hizo valer el prestigio y los derechos de su “ciudadanía romana”. Entonces, ¿voy a ir de “paleto” por la vida? ¡Ojo, que en el cielo no hay plaza para “buenecitos tontos”!