Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante. Dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Comentario del Evangelio
Hoy, meditando la Transfiguración, intuimos la situación del hombre en el Cielo. Es maravilloso comprobar que, sólo con ver el Cuerpo de Cristo en estado glorioso, Pedro se siente plenamente feliz: no echa en falta nada más. La reacción de Pedro muestra el dinamismo más auténtico del amor: soy feliz porque te hago feliz; Simón, sólo con ver a Moisés y a Elías, no solamente los conoce al instante, sino que también los ama inmediatamente (piensa en hacer una tienda para cada uno de ellos).
—Santa Teresa de Jesús, monja, pero Doctora (de la Iglesia) expresó la lógica del amor de manera profunda: “El contento de contentar al otro excede a mi contento”.