Los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».
Comentario del Evangelio
Hoy las gentes rechazan a Jesús porque no entienden sus palabras: «El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna». ¡No le entienden y se apartan de Él! Es una actitud curiosa: poco antes, Cristo había multiplicado por miles unos pocos panes y peces. Fue un gran milagro que ellos aceptaron sin entender y sin protestar. Incluso querían hacerle rey… ¡Ahora se apartan de Jesucristo!
—Entender a Dios es importante; aceptarle es imprescindible. Jesús sabe cómo hacer las cosas: gracias a la Eucaristía podemos alimentarnos de un modo discreto con su Carne y su Sangre.