«A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará».
Comentario del Evangelio
Hoy, el Dios infinitamente misericordioso nos sorprende. ¿Qué es lo que no se perdonará? ¿Por qué no se perdonará? La respuesta es sencilla: ¡Dios no puede “imponer” su perdón! Ahí emerge con toda su fuerza “mi” libertad: ¡Dios se hace impotente frente a ella! Si alguien prefiere reírse o burlarse de Dios…, sin atender a su misericordia, entonces ese alguien se queda en la burla y no alcanza ni a “oler” el perdón de Dios.
—Jesús, hasta da miedo que nos hayas concedido tanto poder. Desde ahora mismo te regalo mi libertad: ¡tuya es, Señor mío!