Sucedió que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos».
Comentario del Evangelio
Hoy, en este coloquio, detectamos la posición correcta del hombre ante Dios: ¡enséñanos a orar! Nada hay tan beneficioso como la actitud de pedir ayuda a Dios y la de rezar. El resultado es que el ser humano sale “catapultado” hacia las alturas divinas. En efecto, la respuesta de Jesús es el “Padre nuestro”: «Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados...».
—Jesús nos conduce al Padre, si nosotros nos dejamos llevar.