Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesucristo, con arte de buen maestro, nos advierte sobre el peligro de la comodidad interior. A veces nos acostumbramos a “ir tirando”, con rutina, sin arriesgar (“ya voy a misa”, “ya cumplo”, “…). ¡Hay que renovarse también en la vida espiritual!
—La vida cambia y lo que animaba a mi alma hace años, quizá, ahora la adormece. El día de tu boda, ¿vas a “vestirte” como en la Primera Comunión? ¡No!, ¿verdad? Entonces, ante Dios, ¿por qué te exiges como un niño —incluso menos— y no como un hombre?