«Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno (...). Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco (...). En cambio, el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor».
Comentario del Evangelio
Hoy escuchamos la “Parábola de los talentos”. Tema de fondo: aprovechamiento del tiempo. Aquel que escondió el dinero no lo hizo para robarlo, sino para devolverlo sin más. Ahí está el problema: “sin más”. ¡Es la imagen del que no se moja!
—No hizo nada malo ni nada bueno, pero mereció el calificativo de «siervo malo y perezoso». ¡El amor nunca es neutro!