En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo». Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José (...) ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?».
Comentario del Evangelio
Hoy vemos la reacción de los oyentes después que Jesucristo les ha desvelado un poco más su intimidad. ¡Qué grande es Dios! ¡Se ha hecho “pan”, para que lo comamos. ¡Es “vivo”! ¿Quién más vivo que el Dios eterno? “Bajado del cielo”: el “sueño de los sueños”. ¡Más no se puede pedir!
—En vez de estar contentos, le critican… Poco antes Jesús los había alimentado con la extraordinaria multiplicación de panes y peces: ¡nadie discutió! ¡Ahora sí! Parece que sólo aceptan “Dios a trozos”. Dios sí, pero... a distancia. ¡Curioso!, ¿no?