Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia Él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?».
Comentario del Evangelio
Hoy nos maravillamos con la ternura e imaginación de Dios. El corazón de Jesús ve el hambre de aquellas gentes. Son muchos, muchos miles. No importa: ¡Jesús es Dios! Ante su ternura ninguna necesidad pasa desapercibida; en su imaginación ninguna cantidad le es imposible. Con unos pocos panes y un par de pececillos, el Señor hizo felices a muchas personas (5.000 hombres mas sus respectivas familias).
—Poco tiempo después Jesús instituyó la Eucaristía. Con ella, durante siglos y siglos, Dios viene saciando “toneladas” de hambre a millones y millones de almas. ¡Nunca se había visto nada siquiera parecido!