«La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos».
Comentario del Evangelio
Hoy la parábola va dirigida particularmente a los sacerdotes y notables de Israel. Ellos mismos son los labradores de la viña, es decir, los pastores del Pueblo que el propietario (Dios) ha puesto a su cuidado. Han liquidado un profeta tras otro… Al final, también a Jesucristo, la “piedra angular”. Su preciosa Sangre vertida por aquellos “labradores homicidas”, gracias a su Amor divino, se ha convertido en bebida de salvación para todos nosotros.
—¡Ahí la tenemos: en la Santa Misa! ¡Es maravilloso lo que ha hecho el Señor!