«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
Comentario del Evangelio
Hoy oímos a Jesús-Dios hablar de su propio “corazón”. ¡Un corazón manso y humilde! San Juan describió la escena de Cristo crucificado, con su costado traspasado por una lanzada. Contemplar esa imagen nos ayuda a entender que “Dios es amor” hasta lo inimaginable.
—Jesús, en tu corazón traspasado me sumerjo y en tu amor encuentro reposo: sufres sin hacer sufrir; sufres, pero ni nos lo cuentas ni nos lo tienes en cuenta… ¡Perdónanos, Señor!