Jesús llega a una ciudad de Samaria llamada Sicar (…). Estaba sentado junto al pozo. Llega una mujer a sacar agua…
Comentario del Evangelio
Hoy no estamos ante una parábola, sino ante un encuentro “fortuito”: Jesucristo y la samaritana. Los judíos no hablaban con los samaritanos, los maestros no hablaban con mujeres: Jesús habla con todos. Y con esa mujer lo hace con paciencia y delicadeza. Poco a poco, lo que fue “fortuito” al inicio se transforma en conversión y adhesión a la voluntad de Dios.
—«’Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed’. El le dice: ‘Vete, llama a tu marido y vuelve acá’». Dios espera nuestra conversión para calmar nuestra “sed”.