En aquel tiempo, Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre.
Comentario del Evangelio
Hoy contemplamos a Jesucristo retirado en el desierto. ¡Es una imagen impresionante! Allí —recogido en el silencio—reza y hace ayuno. Vive la renuncia y se prepara para la Cruz, donde renunciará a su vida por nuestra salvación. Es Dios y es Hombre: y como hombre sufre tentaciones, como cualquiera de nosotros. Todo aquello le supone un esfuerzo.
—Dios se esfuerza por ti. ¿Y tú? ¿Le ofrecerás alguna renuncia?