Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos…».
Comentario del Evangelio
Hoy ya sabemos a dónde va a parar ese “hijo pródigo”… ¡Ha despreciado a su padre dilapidando la herencia! Y cuando ya no le queda nada, nadie le hace caso... ¡Todos desaparecen! Es la consecuencia de “entretenerse” con la libertad en lugar de “entregarse”.
—El hermano mayor: se ha quedado en casa, pero tampoco ama al padre. Valora más el dinero perdido que el hermano encontrado... El buen padre abraza al hijo menor y eleva la mirada del mayor: «Todo lo mío es tuyo». ¡Así es Dios!