Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?».
Comentario del Evangelio
Hoy estamos ante una escena genial, enternecedora. Aquella mujer, descubierta en adulterio, abandonada y culpada por todos, es acogida por la tierna misericordia de Jesús. Les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra». E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. ¡Desaparecieron todos! ¡Nadie tiró una piedra!
—«’¿Dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’. Ella respondió: ‘Nadie, Señor’. Jesús le dijo: ‘Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más’».