Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia
Comentario del Evangelio
Hoy damos gracias a Dios por la misión encomendada al Príncipe de los Apóstoles: san Pedro. Él recibió el encargo de velar por la fe y por cada uno de nosotros. Esta misión se ha transmitido —sin interrupción— a los sucesores de Pedro en la sede de Roma.
—La Cátedra de Pedro no siempre ha brillado como debía. Eso es por culpa de ambiciones humanas. Pero Dios siempre gana: «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella [la Iglesia]». ¡Recemos para que los hombres no enredemos más!