Acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Él dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».
Comentario del Evangelio
Hoy, como en otros días de noviembre, la Iglesia nos reproduce el discurso de Jesucristo sobre el acabamiento de los tiempos. Ahí se solapan descripciones sobre el final del Templo de Jerusalén y el final del tiempo de este mundo. Lo de Jerusalén ocurrió exactamente como predijo Jesús: en el año 70 las tropas romanas no dejaron «piedra sobre piedra». Ese “primer final” es una imagen del otro “final”.
—Todo ello no debe ser causa de inquietud, sino de esperanza. El poder de Dios lo renovará todo. Mientras, «no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».