Y [Jesús] tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos».
Comentario del Evangelio
Hoy la Iglesia hace honor —celebra— a todas aquellas personas que ya han traspasado la frontera del tiempo y se hallan “viviendo” en la paz eterna del Cielo. ¡Ahí están antepasados nuestros, familiares y amigos queridos! ¡Y ahí nos esperan! Pero, ¿dónde es “ahí”?, ¿cómo es este “ahí”? San Pablo nos dice que ningún hombre no ha visto ni imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes le aman.
—Imagínate un mundo en el que Dios es “todo para todos” (donde todos admiran la grandeza de Dios y piensan en los demás): ¡es el mundo de los pobres de espíritu! (precisamente los que no van sobrados por la vida como “fantasmas autosuficientes”).