Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis».
Comentario del Evangelio
Hoy, después de atender a la gente, Jesús se queda en tierra rezando, rezando, rezando... Los Apóstoles han tomado la barca. Después, muy avanzada la noche, el Señor va hacia ellos. ¡A pie! Simón Pedro, llamado por Jesús, también es capaz de andar sobre las aguas. Pero, al levantarse el viento, se asusta… y empieza a hundirse.
—¿Te pasa también a ti? ¡Hombre de poca fe! Si aprendiéramos a confesar como los Apóstoles, «verdaderamente eres Hijo de Dios»...