Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado».
Comentario del Evangelio
Hoy recordamos que Jesús, en su oración sacerdotal, rogó por la unidad de sus seguidores. ¿Quién habría podido imaginar que, a pesar de los ruegos del Señor, la deseada unidad resultaría tan ardua y tan costosa? ¡A san Josafat (1580-1623) le costó la vida! (es protomártir de la re-unificación de la cristiandad).
—San Josafat «comenzó a dedicarse a la restauración de la unidad, con tanta fuerza y, a la vez, con tanta suavidad y tanto fruto, que sus mismos adversarios lo llamaban “ladrón de almas”» (Pío XI).