En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley, y para poner a prueba a Jesús, le preguntó: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?». Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo». Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás».
Comentario del Evangelio
Hoy celebramos la fiesta de san Juan XXIII (1881-1963), el “Papa bueno”. Su vida fue un largo recorrido a partir de la sencillez de su familia campesina: estudios en el seminario, sacerdote, secretario episcopal, director espiritual y profesor de los seminaristas en Historia de la Iglesia, diplomático, cardenal, nuncio de Pío XII en Francia, Papa iniciador del Concilio Vaticano II. A lo largo de este camino, fue sobre todo un pastor según el corazón de Dios, de los que huelen a oveja. Tenemos un modelo excelente en la persona de san Juan XXIII. Él veía a los “hermanos arrinconados” no como apestados, sino, simplemente, como hermanos.
—Siempre decía: «Acerquémonos, conozcámonos, amémonos y responderemos a la oración de Jesús: que todos sean uno».