Tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños».
Comentario del Evangelio
Hoy celebramos a un auténtico “gigante” de la santidad. Francisco de Asís (1181-1226), a los veinte años comenzó un lento proceso de conversión espiritual. Se remonta a este período el célebre episodio en la iglesita de San Damián: Cristo en la cruz tomó vida en tres ocasiones y le dijo: «Ve, Francisco, y repara mi Iglesia en ruinas». Francisco vivió como un eremita, hasta que, en 1208, se sintió llamado a vivir en la pobreza y a dedicarse a la predicación.
—En 1224, Francisco ve el Crucifijo en la forma de un serafín y en el encuentro aquel serafín crucificado recibe los estigmas. Así llegó a ser uno con Cristo crucificado.