20 de septiembre: San Andrés Kim Taegon, presbítero, y san Pablo Chong y compañeros, mártires
Texto del Evangelio Lc 9,23-26
En aquel tiempo, Jesús decía a todos: «Quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará».
Comentario del Evangelio
Hoy nos comprometemos a rezar especialmente por la Iglesia en Corea. Nació hace unos dos siglos (s. XIX), con la conversión de un grupo de laicos al cristianismo, gracias a un contacto con padres jesuitas en China. Cuando, por fin, un sacerdote pudo viajar desde China a Corea —que estaba aislada exteriormente—, se encontró allí una comunidad de 4.000 católicos, sin ningún sacerdote. Poco tiempo después, ya eran 10.000, y se desencadenó una gran persecución. Varios miles de coreanos católicos fueron martirizados entregando su vida por la fe en Jesús.
—“Dios no pierde batallas”… Aquellos mártires ahora ven desde el cielo cómo su país es la región del mundo donde más crece el cristianismo: cada año hay unas 100.000 conversiones.