Primera santa americana, ejemplo de vida piadosa y humilde

Hoy celebramos a la primera santa (y patrona) del Continente Americano (1585-1617). En su bautismo le pusieron el nombre de Isabel, pero por su belleza comenzaron a llamarla Rosa. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: “Rosa conságrame a mí todo tu amor”. Y en adelante se propuso vivir solo para amar a Jesucristo. A la vez, Dios le dio a entender que Él la esperaba permaneciendo en su casa. —Y allí, en su casa, con su familia (que no la comprendía), se entregó virginalmente al Señor, trabajando en el huerto de la casa y realizando labores de costura. Murió muy jovencita (31 años) con muchos sufrimientos que vivió con alegría.