«En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis».
Comentario del Evangelio
Hoy la Iglesia celebra a santa Isabel de Portugal (1271–1336): nacida en Zaragoza, ya a los 12 años fue dada en matrimonio con el rey Dionisio de Portugal, con quien tuvo dos hijos. Fue una madre de familia, pacificadora incansable y canonizada (1625) por su vida de piedad, caridad y compromiso con la paz. Es una figura venerada por su entrega a los pobres, su profundo espíritu cristiano y su capacidad para mediar en conflictos.
Desde niña mostró una inclinación especial por la vida de oración, el ayuno y las buenas obras. A pesar de las infidelidades de su esposo y de la vida cortesana frecuentemente disoluta, Isabel se mantuvo fiel a sus valores cristianos. Supo conciliar su papel de reina con una vida de oración, ayuno y ayuda constante a los necesitados. Después de la muerte de su esposo en 1325, Isabel se retiró a vivir en el monasterio de las Clarisas Pobres de Coímbra, donde ingresó como terciaria franciscana.
—Es patrona de los pacificadores. Su influencia trasciende la historia de Portugal y la convierte en una de las grandes figuras femeninas de la Iglesia católica.