28 de junio: San Ireneo de Lyon, obispo, mártir y doctor de la Iglesia
Texto del Evangelio Jn 17,20-26
Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado».
Comentario del Evangelio
Hoy es la fiesta de san Ireneo de Lyon (135/140-202). Nació en Esmirna (actualmente, Turquía). De Asia Menor pasó a Europa, estableciéndose en Lyon, Francia. En el 177, la comunidad lo envió a Roma, para tener el parecer del Papa Eleuterio, sobre algunas desviaciones doctrinales. Desde entonces, él se empeñó en refutar las doctrinas heréticas (errores sobre la fe). Al volver a Lyon fue aclamado como obispo, y se dedicó con su predicación y con su ejemplo a difundir el Evangelio.
—Se convirtió en el moderador y pacificador, como autoridad indiscutida, en toda Francia y en toda la Iglesia.