viernes, 24 de octubre de 2025

Monje, amante de la soledad y reformador de la Iglesia

Monje, amante de la soledad y reformador de la Iglesia
21 de febrero: San Pedro Damián, obispo y doctor de la Iglesia
Texto del Evangelio
Mc 9,14-29
Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido» (…). Jesús (…) increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él». Y el espíritu salió dando gritos y agitándole.
Comentario del Evangelio
Hoy, fiesta de san Pedro Damián (1007–1072), recordamos a uno de los grandes reformadores de la Iglesia en la Edad Media. Nació en Ravena (Italia), en una familia humilde. Huérfano desde joven. Estudió con brillantez, y alcanzó gran fama como maestro y jurista. Movido por el deseo de una vida más pura y cercana a Dios, abandonó el mundo y se retiró al monasterio de Fonte Avellana, donde abrazó la austeridad y la oración. Impulsó una vida monástica rigurosa, basada en la penitencia, el silencio y la lectura de la Sagrada Escritura. También fue un fino teólogo, enamorado de la Cruz de Cristo. Pronto se convirtió en consejero de papas y obispos, ayudando con firmeza y humildad en la reforma del clero y en la lucha contra los abusos de la época. Fue nombrado cardenal y obispo de Ostia. —San Pedro Damián enseña que toda reforma —personal o eclesial— comienza en el corazón. La verdadera santidad nace del silencio interior donde Dios transforma el alma.

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