Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe».
Comentario del Evangelio
Hoy celebramos al “príncipe de la educación” (así proclamó Pío XI a Don Bosco, 1815-1888). Ya ordenado, en Turín hizo realidad su verdadera pasión: la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunía todos los domingos un grupito de jóvenes abandonados en una especie de escuela al que llamó “oratorio festivo”... En 1856, tenía ya 150 internos, 4 talleres, una imprenta y 10 sacerdotes. Los externos eran 500. En 1859, Don Bosco y sus 22 compañeros decidieron organizar la congregación, los Salesianos. Poco después vino la fundación de una congregación femenina, las Hijas de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos.
—«Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento será para mis pobres jóvenes» (San Juan Bosco).