- Siglo I :
Nace Jesús (4-7 a.C.). Predicación, elección de los Apóstoles y primeros seguidores (30 d.C.). En Jerusalén: Eucaristía, Pasión, Resurrección y Ascensión. Pentecostés: “presentación pública” de la Iglesia, primero entre judíos y, después, entre gentiles.
- Siglo II :
Expansión y diversificación: el cristianismo llega a regiones más allá del Imperio Romano. Momentos de intensa persecución (con Trajano y Marco Aurelio). Primeros escritores cristianos en defensa de la fe (los apologistas: Justino Mártir, Tertuliano…). Formación del Canon Bíblico. Desarrollo de la liturgia. Primeras herejías: a) “judaizantes” (necesidad de la Ley de Moisés para salvarse); b) “gnósticos” (dualismo: existe una “Dios bueno” y un “dios malo”; eran rigoristas); c) “mileranismo” (esperaban la segunda venida de Jesucristo para instaurar un nuevo reino, de mil años de duración).
- Siglo III :
Expansión. Conversiones en todas las clases sociales. Influencia creciente del cristianismo. Persecuciones severas (bajo los emperadores Decio y Diocleciano). Se consolida la estructura eclesiástica de la Iglesia. Mayor formalización en las prácticas litúrgicas y sacramentales. Nacen el ascetismo y las prácticas monásticas (san Antonio Abad). Crece la influencia del cristianismo dentro del Imperio. Herejías: a) “cismáticos” (a causa del rigorismo penitencial); b) “monarquianismo” (Cristo es solamente hombre).
- Siglo IV :
Edicto de Milán (313): legaliza al cristianismo. Con el emperador Teodosio, el cristianismo es la religión oficial del Imperio Romano (380). Controversias doctrinales: a) “arrianismo” (el Hijo no es consustancial con el Padre); b) “macedonianismo” (niega la divinidad del Hijo y del Espíritu Santo). Primeros concilios ecuménicos: Nicea (325) y Constantinopla (381). Se redacta el Credo. Primacía de las sedes de Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén. Construcción de grandes basílicas. Auge del monacato. Codificación del Canon Bíblico. El cristianismo influye en la cultura, leyes e instituciones. División del Imperio.
- Siglo V :
Cae el Imperio Romano de Occidente (476 d.C.), ante la presión de los pueblos bárbaros. La Iglesia adquiere protagonismo en la cultura y orden social. Autoridad y prestigio del papa, obispo de Roma (especialmente: León Magno). Más concilios ecuménicos: Éfeso (431) y Calcedonia (451). Disputas teológicas entre la Iglesia de Occidente y de Oriente. Herejías: a) “pelagianismo” (no existe el pecado original); b) “nestorianismo” (Jesús y el Hijo de Dios son personas distintas; la Virgen no es “Madre de Dios”); c) “monofisismo” (una sola naturaleza en Cristo: la divina). Expansión del cristianismo y encuentro con otras culturas (Europa, África del Norte). Rol de los santos y culto a las reliquias. Fundación de monasterios, centros difusores de cultura. Traducción y transmisión de textos bíblicos y teológicos.
- Siglo VI :
Consolidación del cristianismo en Europa. Conversión de los pueblos bárbaros. Desarrollo importante del monacato. En Occidente, especialmente, crece la autoridad e influjo del Romano Pontífice (ante la debilidad del poder político). Siguen los concilios ecuménicos, afrontando disputas teológicas cristológicas y trinitarias. Cristianización y encuentro con culturas no cristianas (Norte de Europa, otras regiones de África y Asia). Desarrollo de la liturgia. En Oriente sigue vigente el Imperio Bizantino, estrechamente vinculado con la Iglesia Oriental. Labor cultural de monasterios y escuelas eclesiásticas.
- Siglo VII :
Expansión del Islam; pérdida de territorios cristianos y tensiones. Florecimiento del monacato en el cristianismo oriental (también en zonas de influjo musulmán, contribuyendo a conservar textos antiguos). Fragmentación del antiguo Imperio Occidental. Apoyo de los reyes francos al papado. Empuje misionero: cristianización de los pueblos germánicos. Herejías: “monotelismo” (una sola voluntad en Cristo: la divina).
- Siglo VIII :
Consolidación de la relación (tendiendo a la unificación) entre la Iglesia y el Estado, especialmente con la dinastía franca: Carlomagno coronado como emperador por el Papa (a. 800); el papado fortalece su posición en Occidente. Imperio de Oriente (Bizancio): controversia iconoclasta (contra la veneración de las imágenes). Continúa la expansión del Islam. Sigue la cristianización de Europa Central y del Norte (misión de san Bonifacio). Reformas en la Iglesia (disciplina del clero, liturgia). Desarrollo de la arquitectura religiosa.